miércoles, 8 de septiembre de 2010

La muerte solitaria de Hattie Carroll , Bob Dylan - 1963

The Lonesome Death of Hattie Carroll" es una canción escrita por el cantante estadounidense Bob Dylan y publicada en su álbum de 1964 "The Times They Are A-Changin " de octubre 1963, en ella relata el asesinato de una camarera de 51 años , llamada Hattie Carroll, por el joven rico Devereux, William " Billy " Zantzinger

Ya han pasado muchos años desde ese suceso, hoy los EEUU tiene un presidente de raza negra, y podría ser que el sueño de Martin Luther King pronunciado en su discurso de 1963, de tener una nación "donde la gente no sea juzgada por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter", sea una realidad.

Sobre esta canción, Dylan cuenta

Escribí Hattie Carroll en una pequeña libreta en un restaurante de la 7ª Avenida. Había un lugar donde almorzábamos donde solíamos estar todo el tiempo… un grupo de cantantes solía entrar allí. Podías permanecer todo el día, y estaba abierto toda la noche. Pasabas mucho tiempo en los restaurantes.

De cualquier forma, yo tenía la información de antemano y la gente hablaba sobre ello… Sentí que tenía mucho en común con esta situación y fui capaz de manifestar mis sentimientos

El incidente tuvo lugar el 09 de febrero 1963 en el Hotel Emerson Baltimore ( Maryland), Hattie Carroll era una ayudante de cocina, de raza negra. Tal vez, el detalle de su “negritud” muchos hoy lo consideraríamos innecesario, pero tiene un punto en la historia. Ella tenía 51 años vividos con dureza, ya que la vida no la había sonreído. madre de diez niños, que mantenía gracias a su trabajo sirviendo mesas y sacando la basura. Era una “dadora de comodidad” a los clientes que muchas veces la trataban despectivamente. Ella igualmente servía y atendía con una dulzura que todavía mantenía a pesar de su edad y sus circunstancias personales.

Uno de esos días en que como siempre trabajaba, seguramente sin pensar en lo que le esperaba, se encontró con la muerte. Una paliza mortal en manos de algunos acaudalados que con sus absurdos motivos justificaron sus actos: Carroll había tardado demasiado en traerle la bebida a William Zantzinger. Todo sucedió alrededor de la 1:30 de la mañana, cuando ella se lo llevó, recibió insultos rascistas , llamándola negra y otras cosas , después la golpeó con fuerza con su bastón, nadie se levanto para ayudarla. Ella murió a la mañana siguiente, y Zantzinger fue acusado de asesinato. Sin embargo, esta acusación fue retirada cuando se descubrió que ella sufría deaterosclerosis un corazón más grande de los normal: De hecho , murió de una hemorragia cerebral, y lo más probable es que fuera causada por los insultos de Zantzinger, estaba tan borracho que ni tan siquiera recordaba lo sucedido.

Las explicaciones de Zantzinger durante el juicio fueron deprimentes: en la prensa de la época, se plasmaban sus declaraciones. “He golpeado a meseras en el trasero y nunca nadie se ha quejado” decía como justificación. “No tenía otro propósito que pasarlo bien. No pretendía lastimar o dañar a nadie. Ni siquiera llegué a pensarlo”.

Así en su canción afirmaba lo que era una realidad social: las diferencias raciales y su manifestación hasta en la justicia. Blancos y negros no tenían los mismos castigos. Blancos y negros eran mundos diferentes en los cuales los blancos llevaban siempre las de ganar.

Su condena lo dice todo, solo 6 meses en la cárcel y el pago de una multa de 500 dólares por el homicidio.

Video



Canción Audio


Letra de esta bella canción

William Zanzinger mató a la pobre Hattie Carroll
con un bastón que giraba en torno al diamante de su anillo
en una reunión social en un hotel de Baltimore.
Y llamaron a la policía, y le quitaron el arma,
mientras lo llevaban custodiado hacia la comisaría.
Y acusaron a William Zanzinger de asesinato en primer grado.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticais el miedo,
quitaros el trapo de la cara,
que no es momento para vuestras lágrimas.

William Zanzinger, que a los 24 años
poseía una granja de tabaco de 600 acres,
con unos padres ricos que le protegían,
y con sus relaciones de altura en la política de Maryland,
reaccionó a su condena con un encogimiento de hombros.
Y juró, y se rió sarcásticamente,
y gruñó.
En cuestión de minutos estaría en libertad bajo fianza.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticais el miedo,
quitaros el trapo de la cara,
que no es momento para vuestras lágrimas.

Hattie Carroll era sirviente de cocina.
Tenía 51 años, y dió a luz a diez niños,
que le recogían los platos y sacaban la basura.
Y nunca se sentó en la cabecera de la mesa,
y nunca habló con las demás personas de la mesa,
que se ventilaban toda la comida sobre la mesa.
Y vaciaba sus ceniceros en un agujero.
Fué asesinada en un momento, por el golpe de un bastón
que atravesó la habitación por el aire,
condenado a acabar con lo más dulce.
Y nunca le hizo nada a William Zanzinger.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticais el miedo,
quitaros el trapo de la cara,
que no es momento para vuestras lágrimas.

En el tribunal de honor, el juez golpeó con su mazo,
para mostrar que todos somos iguales
y que las leyes son correctas.
Y que las líneas de los libros
no pueden ser cambiadas ni persuadidas,
y que incluso los ricos son castigados,
una vez que la policía los ha perseguido y capturado.
Y que la escalera de la ley no tiene ni principio ni final.
Con la mirada fija en la persona que mató sin motivo alguno,
que hizo lo que hizo sin sentir nada,
habló desde su toga, profunda y distinguidamente.
Y condenó fuertemente, como duro castigo,
a William Zanzinger con una sentencia de 6 meses.
Pero vosotros, que filosofáis desgracias y criticais el miedo,
quitaros el trapo de la cara,
que no es momento para vuestras lágrimas.

2 comentarios:

  1. Como le dije al amigo ned henry una ves ,soy de esas personas que le dio la espalda a la musica de Dylan y gracias a los amigos como ustedes voy en plan de corregir este grave error en mi vida my friend .
    Un abrazo hasta Mataro

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  2. Ya no solo su música, también su defensa y lucha por los Derechos Civiles merecen nuestro reconocimiento.

    Gracias por tu comentario Luther

    Saludos

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